Comprar un inmueble con el objetivo de alquilarlo y obtener rentabilidad es una de las operaciones inmobiliarias más habituales. La movilidad laboral, los bajos salarios y la incertidumbre han hecho que, en los últimos años, crezca el mercado del alquiler en un país en el que la vivienda en propiedad ha sido lo habitual durante décadas.
Es por ello que muchos inversores han visto un nicho de mercado a explotar con beneficios muy interesantes desde el minuto uno. No obstante, no todas las viviendas son susceptibles de esta operación. Es preciso realizar un análisis exhaustivo que tenga en cuenta factores como los que vamos a mencionar a continuación.
Ubicación
Lo principal a tener en cuenta es la ubicación del inmueble. ¿Se encuentra en una zona de interés turístico? Si es así, nuestro apartamento puede tener un fin turístico y obtener beneficios garantizados por su mera localización. Al igual que las zonas turísticas, aquellas cerca de campus universitarios o zonas en expansión de grandes ciudades tienen, como norma general, muy buena salida para el alquiler.
Reformas
Casi la totalidad de viviendas que se adquieren precisan de una reforma o adecuación, ya sea amueblamiento, decoración o reforma integral. Es preciso tener en cuenta este factor a la hora de adquirir una vivienda. Debemos ser realistas con estos presupuestos para no llevarnos sorpresas desagradables y tener en cuenta el estado del edificio, cuyo mantenimiento o restauraciones futuras podrían suponer una fuente de gastos importante.
Precio
Es preciso tener en cuenta el coste de la vivienda, sumando la reforma en caso de necesitarla y el precio al que lo alquilaríamos para determinar la rentabilidad. Un precio de compra desorbitado puede llevarnos a no rentabilidad nuestro apartamento en el plazo que estimemos oportuno.
Análisis de mercado
Deberemos analizar la oferta y demanda de la zona, rotación de inquilinos, estancias mínimas y máximas… Cuando más profundo sea este estudio, mejores resultados obtendremos en nuestra operación inmobiliaria ya que controlaremos el coste que podremos asumir en cada momento y la rentabilidad que podremos obtener en el futuro.
Además, debemos tener en cuenta a la hora de analizar los costes, aquellos derivados del mantenimiento de la vivienda, seguros, IBI, impuestos…
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